Como referencia a la
entrevista, salimos ahora a la población para ver si la gente joven tiene
hábitos totalmente desaconsejados para el desarrollo traumatológico y, por
consiguiente, para su estado en la vejez.
a) Edad
b) Sexo
c) ¿Sedentario?
d) ¿Fumador?
e) ¿Alcohol?
Tras haber realizado la
misma encuesta a treinta personas, es hora de comparar y comentar los
resultados:
1. En primer lugar, el
porcentaje de entrevistados masculinos que de femeninos era el mismo. Esto va a
dar lugar después a poder comparar también la encuesta por sexos, para ver si
existe aluna relación entre las magnitudes a comparar y el sexo del
entrevistado.
2. Luego analizamos la
siguiente pregunta, el sedentarismo. En esta magnitud podemos observar bastante
variación en cuanto a las respuestas:
- El 66.67% de los encuestados niegan ser
sedentarios.
- Por el contrario, el 33.33% restante lo
afirma.
3.
Otra de las preguntas de la encuesta era el hábito fumador que podrían llevar
los
encuestados. Aquí, la cosa se encuentra más ajustada, porque:
·
El 57% de los encuestados niegan fumar
habitualmente, de los cuales un 10% fumaba en el pasado
·
El 43% restante afirma fumar habitualmente.
4.
Comentamos ahora la última pregunta: el alcohol. Aquí podemos observar que la
inmensa mayoría de los encuestados frecuentan el alcohol:
·
El 80% de los encuestados afirma beber
·
El 20% restante, sin embargo, lo niega y
además dicen no tienen planes de caer en esa “tentación”
Una vez analizadas todas las
preguntas de la encuesta, quiero ver la relación que existe entre el tabaco y
el alcohol. En la siguiente gráfica, vemos como el 92% de los que fuman también
beben, lo que supone una clara relación entre el tabaco y la bebida. Sin
embargo, no todos los que beben fuman. Sólo el 50% de los encuestados que
afirman beber con asiduidad, también beben, por lo que la bebida no
necesariamente conlleva al tabaco.